Piensa qué puede hacer, intenta varias opciones: reparte publicidad, atrapa más insectos, atrapa una polilla gigante… pero todas ellas sin mucho éxito tampoco. Hasta que al final del cuento se da cuenta de que realmente solo hay una opción válida y que me parece maravillosa. Soltarlos y dejarlos vivir libres. La opción que siempre inculco en mis pequeños, la de dejar a los animales en libertad porque los animales tienen que vivir en su propio hábitat.
Es un cuento con un gran valor hacia la naturaleza y los animales, y con unas ilustraciones grandes que lo permite las propias dimensiones del libro, ya que es un libro grande y de tapa dura, pues son impresionantes ya que hay un montón de insectos con colores muy vivos y llamativos.