Después de leer tantas cosas acerca de los besos decidimos que los nuestros debíamos guardarlos en algún sitio.
Así que trajeron pintalabios de sus casas y, en San Valentín, nos pintamos los labios para guardar nuestros besos en este tarro que ya forma parte de nuestro rincón de las emociones.

Además nos fuimos pasando un beso entre todos (un niño daba un beso y éste se lo pasaba a otro).

Es muy importante trabajar las emociones con cotidianidad y naturalidad porque forman parte de nuestra vida.

Y el árbol le dijo al niño: «Es preciso que profundices en el conocimiento de tus emociones si deseas que la verdad entre en tu vida. Las emociones, como hojas movidas por los vientos, agitan y desgarran la vida humana. Y serán tus eternas compañeras a pesar del dolor que puedan infligirte, así que convive con ellas, aprécialas, ámalas, respétalas, pues de este modo te corresponderán con amor y colaborarán contigo por el resto de tu vida». 


«Bajo el árbol amigo» de Frederic Solergibert.

2 comentarios en “Guardamos nuestros besos”

  1. Os ha quedado un tarro de los besos muy chulo. Una buena forma de trabajar las emociones. Desde Galicia te mandamos un beso, a ver si te llega.

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