Es el cumpleaños de Marcel y su amigo Tristán acude con un regalo. Pero… ¡qué decepción para Marcel! Al abrir el regalo se encuentra con un trozo de tela… cuando el prefería una peonza.
Pero, a lo largo de la tarde, menos mal que van a tener el trozo de tela ya que verán que sirve para un montón de cosas y van a poder vivir un montón de aventuras con ella: servirá de mantelito, para protegerse del sol, para cruzar un río en una balsa, para abrigarse, utilizarlo de paracaídas…
Al final, Marcel se da cuenta que esto era mucho mejor que la peonza que quería.

Un cuento con potentes valores frente al consumismo actual y el materialismo con el que, a veces llenamos a los niños. Nos recuerda, y más en estas fechas, que los niños tienen muchos juguetes hoy en día, y que lo más importante es utilizar la imaginación y la creatividad con los objetos más sencillos. 

¡Cuánto menos haga un juguete, mejor!

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